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No soy el único, pero creo que lo que más y mejor define a una persona es lo que hace en su tiempo libre. O para ser más preciso, las distintas cosas que le ilusionan, le motivan. O las que llaman su atención en su ocio, sus contrastes y el tiempo que le dedica a cada una de esas cosas. Para conocer de verdad a una persona, pienso que aquí es dónde deberíamos llegar. Porque nosotros nos expresamos y mostramos al mundo lo que somos a través de lo que hacemos en nuestro tiempo “libre”. Las comillas, para otro post.

¿Pero qué es el tiempo libre? En el cursillo de monitor de ocio y tiempo libre que me he sacado este verano, una de las definiciones que viene en la teoría sostiene que es esto:

“tiempo que queda después del mantenimiento justo de las necesidades vitales”

No me acaba de convencer. ¿Es trabajar una necesidad vital? Sí, se supone que necesitamos trabajar para ganar dinero y poder vivir. Pero vital no es, se puede vivir sin trabajar. Hay determinados “bultos sociales” que lo que hacen no encaja con mi definición de trabajar. Pero ya me meteré en bosques otro día, una definición que me gustó más fue ésta:

“conjunto de ocupaciones a las que el individuo puede entregarse de manera

completamente voluntaria, sea para descansar, sea para divertirse, sea para desarrollar su

información o su formación desinteresada, su participación social voluntaria, tras haberse

liberado de sus ocupaciones profesionales, familiares y sociales”.

Ésta sí, señores. Esto es tiempo libre para mí. En condiciones ideales, uno puede dedicar su tiempo libre a hacer lo que quiera.Y aquí entran las aspiraciones y ambiciones personales de cada persona, sus valores, su forma de ver el mundo y, en algunos pocos, las ganas de cambiarlo. Y aún en menos gente, las ganas de mejorarlo.

Creo que vivimos en una sociedad TREMENDAMENTE EGOÍSTA. Sólo importa el yo, el generar riqueza, el conseguir lo que me propongo…También tengo que reconocer que la situación económica no está para grandes demostraciones de solidaridad. Pero qué cojones. Si en tu proceso de crecimiento personal -o económico- puedes ayudar o contribuir en algo, por poco que sea,  para que a los demás les vaya mejor, ¿ por qué no hacerlo?

Billetes con macro

Fotografía original de Manuel Delgado Tenorio

En Programación Neurolingüística (PNL a partir de ahora) se habla de marcarse objetivos ecológicos. Son los objetivos que deberíamos marcarnos todos, puesto que según esta disciplina son los que nos permiten alcanzar lo que queremos al mismo tiempo que ayudamos al prójimo o mejoramos nuestro entorno. No es incompatible, ¿verdad? Es mi creencia y con ella voy a empezar a caminar hacia mi desarrollo personal. A ver dónde acabo.

Siempre va a haber gente que te diga que esas cosas son utopías, o son un imposible. Lo serán para ellos, porque no ellos no pueden o no quieren que tú puedas, que creas que puedes. Cuestión de intereses.

Y en ésas estoy, inmerso en dos voluntariados: uno de carácter lúdico y deportivo y otro a nivel cultural en la Universidad de Alicante. Y me está gustando. Más bien aprovechado no puede estar el «tiempo libre» que me da no tener trabajo ni posibilidad de encontrarlo, teniendo en cuenta además que llevo 2 meses yendo al gimnasio.

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Es domingo y estoy muy aburrido en mi casa. Así que aquí estoy otra vez con mis ralladas mentales. Quería hablar hoy sobre el hecho de pensar. Voy a dejar clara una cosa: no me paso las 24 horas del día pensando en temas trascendentales. Es que creo que eso es lo que se ha entendido tras el primer post. El cerebro necesita desconectar, quiere sus ratos de standby. Pienso mucho, sí. Un ejemplo, cada 3 o 4 horas me entra hambre. Lo que significa que pienso en comida unas 5 o 6 veces al día. Lo que demuestra, por extensión, que también pienso en gilipolleces.

Soy un chaval normal, que juega a la Play, ve pelis y consume series. Eso sí, no cualquier tipo de pelis y series. Soy muy exigente con los productos culturales que consumo, no me trago cualquier cosa. Me tiene que aportar algo, ya sea evasión (lo que llamo “sana evasión”, no de ésa que proporciona la tele-basura) o nuevos puntos de vista. Pero otro día me meteré con eso y con lo que es para mí la tele-basura.

También leo, pero volvemos a lo mismo. No leo cualquier cosa. El último libro que me he leído es La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera. Es tan brillante, complejo e inspirador que tendré que volver a leerlo dentro de poco. Ahora estoy con Edgar Allan Poe y una selección de sus cuentos que me ha dejado una amiga.

Retrato de Edgar Allan Poe

Me desvío del tema. Es lo que tiene ponerse aquí a vomitar. Quería decir que tampoco es sano estar todo el día pensando. Es cómo estar todo el día trabajando, al final dejas de ser productivo. Mentalmente productivo. Debe haber un equilibrio, y lo más importante para mí, ese descanso mental no debería hacer del individuo un títere o un ser superficial. Puedes pasarte 2 horas jugando a la Play una mañana y luego ponerte a leer a Allan Poe. Se trata de compensar. Es lo que he hecho hoy, por cierto. Mi cerebro en modo desconexión.

En el siguiente post os hablaré del tiempo libre. Tenía pensado ligarlo con éste pero no me gustan los textos-ladrillo. Considerad esta entrada una introducción.

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